Debemos arrojar a los océanos del tiempo una botella de
náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no
han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: Que aquí existió un
mundo donde prevaleció el sufrimiento y la injusticia, pero donde
conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad”.
Gabriel García Márquez